¿Pero cómo eres tan grande, mujer?
Tú que encarnas la belleza del mundo,
tú que ocupas el espacio del saber,
pero el del corazón, el más profundo.
Tú que eres guía sin aleccionar,
tú que me aceptaste, tú que me acogiste.
Tú que tan bien sabes interpretar,
los roles más alegres y los más tristes.
Tú que eres maestría entre maestros,
tan siempre joven y tan hermosa.
Que enviaste a pastar los sufrimientos
y escogiste ser feliz en ocasiones dolorosas.
Para ti no tengo más que gratitudes,
pues son refugio hasta tus sombras más oscuras.
Y aunque no poseo demasiadas virtudes,
te ofrezco mi nobleza y brillante armadura,
que son sólo un humilde agradecimiento, por si un día las necesitas…
Tú que encarnas la belleza del mundo,
tú que ocupas el espacio del saber,
pero el del corazón, el más profundo.
Tú que eres guía sin aleccionar,
tú que me aceptaste, tú que me acogiste.
Tú que tan bien sabes interpretar,
los roles más alegres y los más tristes.
Tú que eres maestría entre maestros,
tan siempre joven y tan hermosa.
Que enviaste a pastar los sufrimientos
y escogiste ser feliz en ocasiones dolorosas.
Para ti no tengo más que gratitudes,
pues son refugio hasta tus sombras más oscuras.
Y aunque no poseo demasiadas virtudes,
te ofrezco mi nobleza y brillante armadura,
que son sólo un humilde agradecimiento, por si un día las necesitas…
Es precioso
ResponderEliminarGracias, cielo
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