Velociraptors que lo visitaron

miércoles, 21 de diciembre de 2022

Donde me voy a quedar

 

Puede que te hiciera daño alguna vez.
Recuerda también lo que el mundo me hizo,
en aquellas circunstancias, siendo sólo un niño,
que ni en casa me libraba de la injusticia cruel.
Y mejor no hablar de los profesores que tuve,
porque mis compañeros eran sólo unos críos.
Igual que yo, Señor. No me permitas que dude
ante el atropello y la soberbia de esos malditos.
Cómo con el hijo de una de ellos quedó claro
el resultado de sus métodos educativos,
cuando salió con mi hermana y no quise matarlo
porque en el fondo le entendía, pese a mí mismo.
Pero, con todo, no justifica mis malos actos
el sufrimiento que en mis carnes haya padecido.
Porque una mente atormentada no le teme al engaño,
y veo hermosa la vida hasta cuando me desquicio.
Una semana en la ciudad, en la puta calle,
me bastó para entender que aquello es un desierto
lleno de ratas, cucarachas y chacales.
Que, por más que me lo juren, no vi nada bello.
Trapicheé para salir de gramos bajo cero.
Robé y mentí porque poco se aprende de lo bueno.
Caí mil veces y volví de nuevo a levantarme,
perdoné a la vida por no llegar a matarme.
Le grité al alcohol que me amara mientras ella se marchaba,
y el precio fueron sus temas ahogándome con la almohada.
Qué pronto me marcharé a trabajar lejos.
Que cerca estoy de preguntarme "¿por qué no me odia el espejo?"
Cada calada de tabaco me acerca más al absurdo
de morir joven y sin ella, pero mi insomnio es suyo.
Cuando enloquece el corazón, no valen psiquiatras,
pero a las mariposas de mi estómago las devoran ratas.
Con el alma raída y los sueños en desuso,
sigo confiando en el amor y rechazando el abuso.
Me llamaron iluso por creer en la utopía,
quienes creen en los farsantes que les pisan cada día.
Sería fácil acabar quemando mansiones
con escorpiones en las venas y cara de póker.
Pero ese no es mi estilo, aunque quisiera decirles
a esos ricos que su dinero igual mañana no sirve.
Tragicómica es la existencia que persigo,
que pareció ficción al lado de la historia más turbia,
cuando amenacé a mi madre con un jodido cuchillo,
completamente enfermo por la marihuana puta.
Muchas veces he pensado que debí suicidarme,
pero ya que estoy, pienso redimirme.
Aunque mi imbecilidad consiga arrastrarme,
traeré conmigo la consecuencia de no rendirme.
Mi mayor crimen prescribió, no voy a confesar,
pero te aseguro que da muchísimo asco.
Sí, cariño, he caído muy abajo,
y es ahí abajo donde me voy a quedar...

lunes, 19 de diciembre de 2022

Al oído

 


Callado el mundo, me enciendo otro cigarro.
Toda la noche con los pies en el barro,
mientras humea mi última colilla.
Susurra un ser en el umbral:
"Has de caer para aprenderte a levantar",
entre los gritos que me impiden descansar.
Y me pongo de rodillas
pa' recoger mis semillas.
Me duele el alma porque soy un cobarde,
y en vez de hablarte, me vale recordarte.
Aunque me rompa el corazón las costillas.
Que en tu regazo quiero hallar
un pedacito de utopía sin dañar
que, de por vida, me sirva para habitar.
Que protejan los destellos
de tu cabello.
Sigo mi instinto, no soy distinto
del hombre salvaje de ayer.
He huido tan lejos del río que me mata la sed.
Soy del pecado y del castigo.
Nunca olvido lo que pasé.
Puedo contártelo al oído.
Siempre he temido perderme por los bosques
de la tristeza que anuncian los sudores
que me apuñalan al borde de la cama.
Donde jamás se oye silbar
a los chiquillos que sólo quieren jugar
en las praderas de mi paraíso mental
donde se esconden las penas.
Todas las penas...
Un tonto he sido, nada he tenido
más que a mi familia tal vez.
Perderme contigo te pido y sobreviviré.
Que el estar sólo ya lo he sentido.
Mi amor te lo susurraré
si puedo acercarme a tu oído.

domingo, 18 de diciembre de 2022

Platos rotos

 


Tú sola
te has currado la vida
para hacer de la mía
un turbio correr
de miles de soles.
Y no encuentro final.
Las cosas
que te logre decir,
en que juro no mentir,
parecen llover
sobre los balcones
donde el Sol no saldrá.
Dolido
de la soledad
que me llevó a pensar
que no hay una piel
que me quiera calentar,
una noche tan fría.
Cansado
de lunas de humo,
de cantos oscuros
podridos de hiel
que me juran amar,
y suenan vacías.
Me pierdo sin tu luz,
me abraza la locura.
No puedo solo con la cruz
que fue mi juventud
cuando me quedo a oscuras.
Mi herido corazón
no se remienda solo.
No sabe, no hay otra razón,
y se agarra al jirón
de tantos platos rotos.
Amigos
que valen un huevo,
me saben a veneno
que tanto hambre me sacia,
por no desfallecer,
cuando me lo trago.
Loqueros
que son traicioneros.
Secundarios efectos,
para mi desgracia,
una vez al mes
mis venas reciben.
Me juro
dejar de buscar
sensaciones de cristal,
que pronto te rompen,
que no has de abusar,
en ciertas sustancias.
Repito
del oro maldito,
y esta vez lo admito,
un grito que esconde
mi alma del mar
entre las galaxias.
Quiero salir de aquí,
que no me siga nadie.
Traté de volar y caí,
pero no voy a huir.
Me quedaré a este baile.
Mi herido corazón
no quiere bailar solo.
No sabe, no hay otra razón,
y se agarra al jirón
de tantos platos rotos.

jueves, 15 de diciembre de 2022

Qué cerca estoy de irme


Que cerca estoy de irme, cómo pasa el tiempo.
Me largo a algún lugar donde no sople el viento.
Total, no puedo volar.
Qué cerca estoy de irme, cagüen todo,
donde no podamos jugar codo a codo.
Donde falte el respirar.
Qué cerca estoy de irme tan lejos de ti
que no volverás a escuchar mi latir.
Ese traqueteo sin sentido.
Me marcharé más allá de las estrellas,
allí donde todas me parezcan bellas.
Aunque sólo quiera quedarme contigo...
Poner a tus pies el mundo prometido,
coserme las venas con simples suspiros.
Sólo dime dónde estás.
Callará mi corazón aterciopelado,
entre las navajas que corten tus labios
de mis sueños sin quizás.
Hablará la falta del humo
que compartimos lejos del mundo,
sin silencios que desgasten
este tiempo que nos pertenece.
Que mientras tu faro resplandece,
yo me alejo si me dejas en mirarte.
Podrido el cielo de tu ausencia, tal vez
hallará el sentido que no encuentran mis pies
en tu paso al crujir.
Gozarán las nubes de tu aroma,
mas mi timidez ya no se asoma
por la vida que perdí.
Sin más remedio soy esqueje
de un jardín que se inundó,
que sin tus amaneceres no florece
por mucho que le dé el Sol.
Y hasta que pueda esconderme
bajo tierra de tu amor,
mantendré la pobre suerte
de temblar en el balcón.

sábado, 20 de agosto de 2022

Aunque yo no sepa

 


Con lo bien que estaba sin ti,
y vuelves para destrozar todos mis esquemas,
y me dices, con la dulzura más escalofriante,
que estás más lejos que nunca.
Enloqueceré borracho donde sólo en fotos te vi,
y apagaré las llamas de mi alma, presa
de un amor tan puro, tierno y fascinante
que te quiere volando sobre la Luna.
Aunque yo no sepa...

jueves, 7 de abril de 2022

Tu nombre

 


No te diré que ayer se me olvidó tu nombre.
No confesaré quién me lo recordó.
No contaré cómo me afectan las... Voces.
Jamás sabrás quién soy yo.
No reconoceré haberme perdido en tus ojos.
Nunca escribiré un poema al respecto.
No volveré a coser mis despojos.
No lloraré cuando nos alejemos.
No me encontrarás en estos versos,
pero sabrás dónde buscarme.
Aunque quizá todo quede en un sueño
per la porca vida miserable.
Estoy demasiado cansado de dolor...

¿Cómo podría?

 

¿Cómo podría salvarte yo?
¿Cómo podría mostrarte la belleza que te rodea?
¿Cómo podría transmitirte amor
un corazón destrozado por perros de pelea?
Si cada vez que siento pasión me desangro,
súbitamente sometido por mi estupidez.
Como si realmente no importara ni un carajo
amanecer hecho pedazos o drogarme otra vez.

¿Cómo podría proclamar sabiduría
este necio lleno de pecado?
¿Cómo podría escribir hermosas poesías
sobre el magnífico mundo que habitamos?
Si sólo he aprendido del error propio,
y aún sigo cometiendo tantos.
Como si no me arrepintiera de casi todo
cuando di mal ejemplo a mis hermanos.

¿Cómo podría celebrar la vida sin magia?
¿Cómo podría estar en el lado equivocado del paraíso?
¿Cómo podría ser polvo y ceniza y tener alma?
¿Cómo podría ganar uno la guerra al olvido?
Si estoy siempre rodeado de milagros.
Si a semejanza del hombre está hecho el Diablo.
Si sólo somos luz de estrellas y barro.
Si olvidamos lo que significa ser humanos.

Puede que anoche delirara

 

Puede que anoche delirara
al pensar que la vida no debería ser tan cara.
Que no tendría que haber una jerarquía,
que el dinero sólo llena mentes vacías.
Que Dios no duele, sólo está atrapado,
por tanto papel que nos tiene esclavizados.
Puede que pretendiera imponer mi voluntad,
cuando tal cosa sólo son gritos de libertad.
Puede que el amor sí que sea la respuesta,
pero el dolor me enseña que este hermoso mundo apesta.
Puede que no confiar en ti sea cuestionable,
pero al no mojarte me pareces un cobarde.
El hombre vulnerable siempre se la juega en serio,
y tú estarás seguro porque no tienes criterio.
No pretendo atacarte, no tendría motivo.
Tampoco me siento decepcionado contigo.
Sé de sobra que a veces estoy mejor callado.
Que si quiero que cambie el mundo, es mejor que espere sentado.
Pero no puedo...
No puedo evitar pensar que el arte hace milagros.
No puedo evitar sentir que la resignación es un pecado.
Que los malvados ganan porque lo permiten los buenos.
Que soy un humano que tiende a ser imperfecto.
Que tengo sangre en las entrañas,
no sé si de hombre o de bestia que soy.
Que cuando fallo nacen musarañas,
y del aprendizaje a la muerte voy.

martes, 29 de marzo de 2022

No quiero salvarme

 


No me interesa realmente
salvar mi cuerpo o mi mente.
Aún no he perdido mi alma.
No gastes saliva conmigo,
que soy muy feliz como vivo.
Ya pagaré lo que haga falta.
Aconséjame sin lecciones,
mejor desde la experiencia.
No me eduques por tus galones.
Deja brotar mi conciencia.
Que ya me caeré si debo
todas las veces que hagan falta,
y volveré a levantarme de nuevo,
aún cuando lo nuevo sea nada
y tú ya no lo veas...

jueves, 24 de marzo de 2022

También yo

 

No creo que el cuerpo humano sea más sagrado
que el barro que me limpio de las botas.
O que la vida humana valga más que la de una cucaracha.
O que la espiga tenga nada que envidiar a la rosa.
No creo que el aire sea más venerable que el humo.
No creo que el dolor haga a los hombres infelices.
No creo que la droga envidie al ejercicio,
porque también yo soy incorregible.
No creo que la salud implique sabiduría.
No creo que mis pecados los limpie la sangre de otro.
No creo que la muerte sea más dulce que la vida.
No creo que mis virtudes le importen al cosmos.
No creo que el miedo venza al amor.
No creo que sea posible hacer siempre lo correcto.
No creo que nadie tenga las respuestas,
porque también yo soy imperfecto.

Luz

 

La tímida luz del Sol se esconde,
algunas ocasiones, tras las nubes.
Incluso en Luna Nueva, en la noche,
la luz de las estrellas nos esculpe.
La claridad que ahuyenta a las tinieblas
está en lo profundo de cada ser.
En toda vida sin importar qué,
y un simple soplo de aire me eleva.
Y veo la luz que brota del mundo, y la que lo baña.
Me pasmo con las abejas trabajadoras,
que son una obra de arte entregada,
tanto o más que la araña tejedora.
Abro la ventana de un hogar de madera y adobe,
con sólidos y quejumbrosos cimientos.
Y veo la belleza en mi calle, tan noble,
de piedra milenaria y poderoso cemento.
Y creo que una hormiga es milagro suficiente
como para demostrar la existencia de Dios.
Y alzo la vista al cielo imponente,
y no veo un final que susurre "adiós".
Admiro la zarza y el ramaje,
así como el suelo bajo mis pies.
Que los propios jardines del edén
envidian a los bosques salvajes.
Y tengo claro que cualquier máquina
se avergonzaría de ser lo que es
ante una célula solitaria
de mi querido y humano ser.
Así vuelvo a la senda iluminada
por el calor de mi corazón.
Que sólo abandonó mi arte atormentada
por los delirios de la razón.
Oda a la vida, himno al amor,
al poder de un espíritu honroso y a cada niño interior.
Vivan los corazones que ríen y disfrutan sin miedo.
Confío en que pronto vuelvas a llorar de felicidad y sin complejos.
Y esa vaca que pasta superando a cualquier estatua.
Y esa sonrisa inmortal que enamora a cualquier alma.
Por esos ojos esculpidos por el mismo creador,
nací un día y aquí sigo, bendito por mi visión.
Ojalá no se apaguen nunca...



Conciencia y moral

 

La moral viene de fuera y la conciencia de dentro.
Moral es que yo te diga a ti lo que es moralmente correcto.
La conciencia es la capacidad que todos tenemos
de discernir lo que es malo y lo que es bueno.
Eliminando la moral se genera la conciencia.
Eliminando el miedo se elimina la moral.
Generando amor se logran estas grandes metas,
y un corazón amoroso se vuelve inmortal.

Ven, ven

 

Ven, ven, ángel de amor.
Tú que no eres más que un bebé con alas.
Te voy a enseñar que no te quiero para mí por las malas,
tal como por las malas me llenaste de dolor.
Que quieren saber de tu sabor los animales.
Descuartizaré tu cuerpo y se lo echaré a los chacales,
y tus huesos para los perros,
y tu corazón a los lobos, que también tienen derecho.
Tus entrañas las dejaré pudrirse y alimentarán a los buitres.
Y tus alas forradas de alpiste para los jilgueros,
para que vuelvan a volar con ellos.
No dispararás más flechas jugando al despiste.
Pero quiero que sepas que un día te amé,
aunque ahora me consume esta soledad desbocada.
Que es culpa mía la pena de mi alma
y qué tan tristes son mis ojos como para ver.
Duele horrores el perfume de otro tiempo,
mas aún duele más el cuento de hoy.
Que sin tu abrazo, soy guion sin argumento,
aunque por un campo de cerezos en flor voy.
Puede que un día seas verdugo arrepentido,
pero mi sudor negro no confía en tus suspiros.
Para tu diversión fue mi sufrimiento
y tus ojos serán para los cuervos.

Negra etapa

 

Estoy en una etapa negra como escritor,
en que baño el cuaderno en ceniza y estiércol,
por no poder jurar que Dios existe a un futuro incierto,
pero no podría tener más luz en mi interior.
Oigo llorar a la Luna y aúllo porque el Sol quema.
Me arrojo a los residuos amoratados de mi sensatez,
por mi bien crucificado por si volara otra vez,
y sólo las ataduras son un buen emblema.
Castigado el poema a emitir muecas de dolor,
cansado de todo el amor que fluye por mis venas.
Recorrí la cuerda floja y hoy el vacío es mi calor,
acostumbrado a pensar que la locura es pasajera.
Tal vez también hayas estado drogado planteándote el suicidio,
saturado de realidad como si de nada valiera el vicio.
Si no estoy flipando y realmente me entiendes,
escapemos juntos a otro plano donde la amargura no nos encuentre.
Quisiera amarte, pero me rajé las arterias para escribir esto,
y ahora me falta sangre para complacer esos deseos ebrios.
Estoy cansado de todo menos de la vida.
Apagaría el fuego de tu carne si no fuera esclavo de la ceniza.
Tienes que saber que ya me perdí por esas praderas celestiales
donde se colocan los ángeles y acaban cortándose con cristales.
A ese cielo lo llaman erróneamente el paraíso,
mientras este terrenal existe y tratan de destruirlo.
Tuve un amigo que cedió a las presiones de su enfermedad
y fue a guardarme un sitio en el infierno demasiado pronto.
Es más seria de lo que parece la salud mental,
que te destruye por dentro y no deja más que despojos.
Caminaré descalzo por la vereda de las tinieblas,
yo que soy hijo del bien tanto como del mal.
Y un bastardo cura decapitado en mi funeral,
ofrecerá la única sangre que no existe a sus ovejas.
Amo las cadenas que me atan a este mundo sombrío,
porque sin ellas jamás te habría conocido.
Estoy tan agradecido que, aún clavándome las espinas de las rosas,
podría jurar mirando tus ojos que la vida es hermosa.
Quiero tirar la toalla y ahí estás tú...
Tú que osas animarme y sacarme una sonrisa.
Tú que me escuchas atentamente y sientes mi brisa.
Estas cuatro paredes son mi cruz.
A ti te escribo porque das luz a mi alma.
A ti que nunca tienes suficientes pedazos de mí,
pero que te sobra para ser feliz con saber de mi existir.
Que das rienda suelta a tu corazón y al mío traes calma.
No sé si lo sabes, pero te quiero...
Te quiero de una forma que resulta hasta obscena,
y sólo quiero tu alegría aunque sea mi condena.
Y quiero que sepas que, por ti, vivo y muero.
Y ya sean las veces que hagan falta,
que mi pecho de hojalata llora cuando fumo,
por si llego a faltarte el día menos oportuno,
a cuenta de esta vida y este vicio que me matan.
Que le jodan al más allá, me habré divertido.
Habré prometido surcar diez mil leguas de viaje contigo,
mientras mis pulmones negros pintan al final del túnel
una línea de meta triste para el último que la cruce.
Pero podemos sonreír, porque esto no es el final.
Derretiremos cada glaciar sin más luz que la de la Luna,
le gritaremos a Peter Pan que somos adultos sin que lo asuma,
saltaremos y volaremos al paso del huracán.
Viajaremos tras el horizonte y aterrizaremos
allí donde nuestros cuerpos puedan amarse,
allí donde podamos vivir sin disfraces,
allí donde nuestros hijos sean eternos.
Hasta la muerte... Hasta la muerte si hace falta
juraré encontrarte mientras no lo haga, dulce amada,
que algún día cambiará mi suerte.
Más que soñarte quisiera abrazarte fuerte.
No te enamores de mi poesía, porque no sé qué haría,
matar a Cupido si un día dejo de escribir.
La dictadura del arte muerde y resulta fría.
Necesito más que sólo a Dios para seguir.

domingo, 6 de marzo de 2022

Es tiempo de los muertos

 

Es tiempo de los muertos,
de las rimbombantes hazañas de los que han caído,
de ríos pintados de desierto
y sangre en las mejillas sonrosadas de los niños.

Es tiempo de amurallar
con gran pesar la infancia y la vejez,
para que no puedan pasar
la estupidez militar y la sexualidad atroz que amé.

Es tiempo de los muertos,
de baños en cólera y viruela virtuosa
sobre dragones modernos
y textos antiguos de piel de rosa.

Es tiempo de alegrías obscenas,
de pisar cabezas de hojalata,
de romper las sólidas cadenas
que nos aferran a esta vida ingrata.

Es tiempo de los muertos,
de ver lágrimas de ayer en tiempos nuevos,
de confundir misiles con ovnis cruzando el cielo,
de amar, como si eso fuera amar, en secreto.

Es tiempo de los sueños que se cumplen
y de las pesadillas que nos rodean,
de dejarse llevar por la incertidumbre,
de contemplar la maravilla de cerca.

Es tiempo de los muertos,
de salir agonizando de la dicha y repararse,
de caer por el justo y levantarse de nuevo,
de lavarse uno mismo la picha y los ideales.

Es tiempo de víboras con piel de carnero,
de creer en el polvo, la ceniza y el barro,
de apagar con orina el fuego, como un juego,
de bebernos las estrellas en un epitafio.

De soportar el amor y los corazones abiertos...
Es tiempo de los muertos.

viernes, 4 de marzo de 2022

Sortilegio maldito

 

El puto tabaco me corroe
y me engancha como tus ojos,
que cerraron sus párpados una vez
formando mi calabozo.
Allí donde mora la escarcha
de la sangre de mis venas,
que ya no se deshiela al paso del alcohol
o de lujurias pasajeras.
El cenicero se llena poco a poco
con la porquería que el alma no puede sujetar.
Que me sirve para llegar en las cloacas hasta el fondo,
huyendo de las calles que me logran asquear.
Mi inocencia se perdió en la mudanza de la mente,
cuando mis huellas se fueron para no volver.
Y yo intenté seguirlas, pero el horizonte valiente
se afiló las alas y me trató de coger.
Mi insomnio le recuerda al corazón
que late al ritmo de tu voz.
Mientras dejo grabado en el humo,
sobre un techo sordo, que existe Dios.
Las paredes de mi cuarto me devoran cada noche
sin conseguir los lefazos que la olanzapina se tragó,
como la más zorra, siempre sin reproches
por aquella María que al abismo me lanzó.
Pero yo sí les reprocho, a ella y al psiquiatra,
que me prohibieron rezar a la virgen de la locura
para limpiar mis pecados de diablo cosmonauta,
y ahora sí que se me pone dura.
Se me escapa la orina de cuerdo que estoy,
como se me escapa el romance entre las manos.
Y, como mi amor sólo pesa unos gramos,
estoy seguro de que al infierno voy.
En una copa rota me bebo el veneno
que el sumiller colocó en el vino de mi vida
en forma de Xeplion, triste tributo, tan serio,
como para olvidar que alguna vez fue digna.
Me da igual trabajar si no duermo
cuando debo dormir. Y escribo y leo poesía,
jurándote a ti un beso, amada mía,
trágico y amargo como mis sueños.
Sin la salud que merezco, nado en la abundancia
de cómicas penurias y desgarradoras sonrisas
formadas en la estela de una gota libertaria
que cava su fosa en un mar de hipocresía.
Luchando en el frente los jabatos,
que defienden a los suyos de los males necesarios,
que pueblan este mundo de luces y tinieblas,
creando paces, combatiendo contra guerras.
Temible dios pagano que se entrona en el centro
del cosmos entero, engullendo y gimiendo.
Sortilegio maldito que se cree omnisciente
por haberle robado a Poseidón su tridente.
Tonto y tuerto, baboso y acabado,
cuyos instrumentos tocan los esclavos
para llamarle y seguirle como borregos.
Borrachos y lastimeros, podridos de ego.
Es tiempo de que caigan como hojas secas,
y llegue el invierno después del otoño,
para dar paso a la hermosa primavera,
y se ensucien en el barro sus retoños.
Que yo les ofreceré de beber mi sangre,
como si de agua clara se tratara.
Y daré después a los buitres de comer mi carne,
cuando la muerte procure que de mí no quede nada.

El burdel de las mentes abiertas


Observando las grietas de mi techo
en la noche oscura que me mece,
arrojo a la basura los deshechos
de pensamientos turbios y sandeces.
Y una gallina de piedra es ídolo
de alguna religión inconformista.
Y un grito desesperado resulta frívolo
para la conciencia que perdí de vista.
En medio del océano, muero de sed,
rodeado de agua que no puedo beber.
Me juro a mí mismo por penúltima vez
el fango que no volveré a remover.
Y callo en pecado prohibidos pasados,
cuyo sendero no caminaré más.
Que en bastantes naufragios se ha hundido mi barco,
como para volver a fallar.
Y ganar ese infierno que no es para el hombre,
y cagarme en Dios encima.
Por no arrepentirme de mi mal nombre
y culpar a mi entorno, que me contamina.
Me cuida el amigo que, en mis manos, murió;
pero el amor se me escapa entre los dedos.
Mi corazón cada vez pesa menos.
Qué difícil es ser yo...
Vendo caricias intangibles a personas sin rostro,
para alejarlas lentamente de la futilidad.
Y con ello, las espinas de este pez se clavan en el folio
que traje para regalarte lo que pueda dibujar.
Tengo amigos que son alas
con las que iría hasta el infierno.
Tengo familia que es roca,
y ante pesadas locuras, firme suelo.
Y doy gracias por todos ellos.
Humildemente, pues a muchos perdí.
Cuerdo o enloquecido, vagando entre sueños.
No sé qué haría si no estuvieran ahí.
¿Y qué si no lo hago tan bien?
Tampoco es que pretenda ser mítico.
Miles de reproches se me clavan en la sien.
Al fin y al cabo, siempre fui mi peor crítico.
Tengo visiones hermosísimas del mundo que me rodea,
pero soy mucho más feliz si desahogo mis mierdas.
Además, brilla más un alma negra
cuando agoniza en el burdel de las mentes abiertas.


Oda a la muerte

 

A un techo en blanco, a un árbol...
A cualquiera que se sienta identificado,
estos humildes versos van dedicados,
escondidos tras la mortaja de tus besos helados.
Oda a la muerte, himno a Satán
y un cigarrillo por los que no están.
Por los que siguen faltando día a día.
Por los que arrebató la vida su alegría.
Que aquí seguimos nosotros, sufriendo en silencio,
cuando en medio de la noche nos asaltan sus recuerdos.
Casi alegres, porque ellos ya pasaron
las tragedias terrenales de los vivos.
Por plantar cara al olvido, ya nos olvidaron.
Por la luz del otro lado los seguimos.
Iremos cantando si nos es posible,
como cantamos atrás en el camino.
Pues la vida es tan hermosa como triste
para los que profundizan en su abismo.
Este poema está dedicado
a las almas que la guerra arrebató,
tanto como la enfermedad trajo descanso,
y el hambre que un día el hombre pasó.
El cantar funesto del pasado nos alcanza,
danzando distraído frente al futuro incierto,
donde los reyes más corruptos se alzan
para sentarse en los tronos más sangrientos.
Sobre pilas de cadáveres se extiende su linaje,
maldito por los siglos pasados y venideros.
Fermentando la Luna, borrando el Sol del paisaje,
allí donde sólo se escucha el graznido de los cuervos.
Allí nos veremos, bajo un metro de tierra implacable,
resguardándonos de los hombres para siempre.
Y borrar nuestras sombras en un suspiro inenarrable,
bajo una losa, mi amor, nuestros cuerpos inertes.

Hasta quedarme inconsciente

 

El fuego ardió, como arde la vida,
y el romance murió en lujurioso delirio
para acabar con un beso, amada mía.
Pero agua pasada no mueve molino.
Al final sí que recuerdo hacerte el amor locamente y correrme.
Extraño la locura de echar de menos tu calor.
Porque, pese a la resaca del día siguiente,
la tristeza con tres hielos sabía mejor.
Es cierto que dejé el porno y, desde ese momento,
mi mayor fantasía es volverme a enamorar.
Independientemente de quién sea, fiel a mi argumento
de jamás volver a degenerar.
Y tener unos ojos a los que mirar para siempre.
Y formar una familia, o dar una a quien la necesite.
Y olvidarme de la vida y el calvario del demente.
Pero no valgo para esforzarme hasta el desquite.
Por no acabar vomitando, haciéndome daño, evitando a la gente...
Porque el mundo y yo compartimos lo bueno y lo malo,
pero lo malo es tan malo
que, a veces, añoro beber hasta quedarme inconsciente.


sábado, 26 de febrero de 2022

Un viaje a la locura (Capítulo 5: Rata)

 


La siguiente historia empieza
con mi hermana, perdiendo la cabeza
por un antiguo conocido.
Y cómo, pese a las advertencias, siguió su corazón.
Y cómo llegó el maldito pavor y se pudrió el amor,
como un absurdo castigo.
Él era infiel por naturaleza, y fardaba.
Ella lo fue porque vio sus mariposas descuartizadas.
Pese a todo siguieron juntos, y yo me mantuve cerca.
Al poco tiempo nos enteramos de que maltrataba a su abuela.
Y menos mal que no soy quien para juzgar si lo merece,
porque cuanto más le consiente ella, él más se crece.
Estas cosas pasan cuando falla la educación,
y al final pagan justos por pecadores.
Ojalá metan a la madre y al hijo en una habitación
y la dejen cerrada hasta que los dos se devoren.
Cómo huyó cobardemente nunca me sorprenderá,
y dejó a la yaya vendida a manos de un criminal.
Por qué le defiende ella no lo entenderé jamás.
Si confunde el amor con lo que son puros temores.
Total que mi hermana temblaba, y yo con ella.
Aguantamos demasiado durante demasiado tiempo.
Era absorbente como amigo y recurría a la violencia,
y los dos caímos presas del jodido miedo.
Recuerdo su manipulación y aquella sensación
de que era él el que tenía la razón, y nunca yo.
La dependencia de mi hermana por él no ayudaba,
como no ayudaba que yo le acompañara acojonado a por marihuana.
Todo esto con el coche de mi madre.
Al que me diga que no existe Dios le cuento las que libré.
Estresado todo el día, pendiente de su desmadre.
Obligado por sus huevos y mi cobardía, a ceder,
hasta que la historia llegó a su punto crítico,
cuando invitó a dos amigos suyos a pasar la noche
y el día, que prometía ser mítico.
Aprovechando circunstancias que ponían el broche.
Fue cierto día que mi hermana vino de Salamanca,
y su colega tenía movidas con la autoridad
por las que no podía estar en esa casa,
y menos mal que salió bien y estuvo igual.
Pasamos un rato inocente mientras yo estuve,
bebiendo y fumando, viendo pelis después de cenar.
Le vi muy relajado, me divertí lo que pude.
Ya era tarde y me empecé a amodorrar.
Me cansé y me fui, dejándola a ella en el baño,
pensando estúpidamente que vendría después.
A la mañana siguiente, me sorprendí al ver
que mi hermana todavía no había llegado.
La llamé y me dijo que vendría enseguida,
pero no aparecía por más que la llamaba.
Se me hacía raro que el tío no me reclamara,
que me dejara tranquilo con mi rutina.
A la tarde subí a ver qué cojones pasaba,
y allí estaban los tres como si nada.
Aprovechando su ausencia me contaron cosas raras
que habían pasado mientras yo no estaba.
Por lo visto la drogó y abusó de ella,
prometió llevarla a casa, pero no lo hizo.
Para ello le pidió el coche al amigo
y la llevó hacia el vertedero bajo amenazas muy serias.
Después mintió y dijo que le drogaron y robaron,
para hacer ver que fue el amigo quien lo hizo.
Como no coló, volvió a casa el muy bastardo.
La encerró y le quitó el móvil mientras ella pedía auxilio.
Planeó muy bien la historia, haciendo que vinieran
juntos desde Salamanca los tres,
para que hubiera en el coche ADN de ella
y llevarse al chaval por delante a la vez.
Atónito, no creía lo que estaba escuchando,
aunque no era tan extraño si lo piensas.
Me acojoné vivo por lo que podía haber pasado,
y apareció el fulano de malas maneras. 
Se puso machista a tope con la novia del chaval
y acabaron a hostias, como era de esperar.
De repente se lanzó a por mi hermana,
forcejeando, dándole golpes y patadas.
Los dos chavales se iban con unas últimas palabras.
Él me dijo "Es tu hermana, ¿no vas a hacer nada?"
Por supuesto que iba a hacerlo, pero tenía miedo.
Llamé su atención de un empujón y me miró serio.
Vino por fin a por mí y me dio un puñetazo
que me partió la nariz por no bloquearlo.
Entonces sí se me quitó toda la tontería.
"Como ese, los que quieras." Pura adrenalina.
Le plaqué y le tiré al suelo, no quería hacerle daño.
Me agarré a su pierna como un cepo para inmovilizarlo.
Entonces le dije a mi hermana que corriera,
y tardó en reaccionar, pero me hizo caso.
Cuando estuve seguro que estaba lejos ella,
le solté notándole ya muy cansado.
Me sacudió un poco más, pero ni lo noté,
además sabía que mi hermana estaba a salvo.
Me dijo "levántate" y me levanté de un salto.
Él se desnudó y se fue y yo allí esperé.
Llamó mi hermana que ya estaba con mis padres,
recogí mi ordenador que él tenía de rehén.
Al rato llegaron en coche ella y mi madre,
nos fuimos de médicos y a denunciarle a él.
Le dejamos desnudo y sentado en el porche,
parecía inconsciente, puede que fingiera.
Cualquier cosa me espero de esa rata traicionera.
Al día siguiente se presentó en casa,
contando mentiras con acusaciones falsas.
Ganamos el juicio gracias a los testigos, los mejores.
Desde entonces mi hermanita sigue viva
y yo doy gracias porque nadie cogió un cuchillo.
Por no darle dos hostias y el cuello haberle partido.
Porque tengo que decir que en el fondo le entendía.
Gracias a vosotros también por ser tan valientes.
Vosotros de sobra sabéis a quienes me refiero.
Qué grandes sois, cojones, y qué resplandecientes.
Con vosotros este mundo parece hasta bueno.
En cuanto a ti...
Llamarte rata sería un insulto hacia ellas.
No mereces ni mi desprecio ni mi indiferencia,
pero por mi bien te daré mi perdón.
Espero que des con la horma de tu zapato.
Que le llegue a tu puta madre tu maltrato,
y nuestro rencor.
Eso sí se lo merece...

Esta historia continuará. La iré subiendo a medida que me salgan más entradas, paralela a otras más actuales, pero organizada.

Un viaje a la locura (Capítulo 4: Es una señal)

 


La historia sigue con las prácticas de un grado medio,
en las cuales, por supuesto, no me cogieron.
Así que tuve que volver con mi familia a mi pueblo,
para cuidar a un perro enfermo que, en la salud, me daba miedo.
Y él era un santo, y de él hablaré más tarde.
De momento, lo que está claro es mi vuelta a casa.
Empezó la primera misión: Ayudar a mi madre,
que me ayudó a mí siempre y que es otra santa.
Y era tan obvio que ni siquiera le di importancia.
Entonces, con las visiones, empecé a rayarme.
Porque ¿qué tipo de peligro podría acechar a mi hermana?
Y ¿qué clase de lección tendría que darle a mi padre?
Por supuesto, todo esto parecía una señal
de que, por lo que fuera, iba yo por buen camino.
Además fue cuando me cogieron para trabajar,
por vez primera, con contrato y un sueldo fijo.
Así empecé a fumar porros todos los días,
y las señales empezaron a multiplicarse.
Muy lentamente y de manera progresiva,
se fundían con aquel punto de vista fascinante
que yo tenía y que había desarrollado por muchos años,
mediante droga y engaños del internet moderno.
Y así empezó mi locura a tomar la forma de un peldaño
que me incitaba a ascender para alcanzar el cielo.
Y no sabía qué encontraría realmente al llegar.
Sólo una existencia tranquila quizás y una muerte igual,
que me empujara a tomar las alas de un ángel en vida
o me ayudara a dar forma al mundo que conocía.
Llegué a soñar despierto en incontables ocasiones.
Estaría bien si sólo consiguiera ser feliz,
y dejar de aguantar esa presión en casa y las voces.
Aún no veía lo que Dios guardaba para mí.

miércoles, 19 de enero de 2022

Un viaje a la locura (Capítulo 3: Inexplicable)

 

Érase una vez que se era,
mi compañero de piso dormido
en una habitación de alquiler cualquiera,
mientras yo en la mía hacía lo mismo.
En esto que tuvo una pesadilla,
y de la impresión, pegó un grito muy fuerte.
Y yo ni me enteré, sobao seguía,
pero me pidió perdón al día siguiente.
Total, que ya era la próxima noche
y él se había marchado con la novia.
Y yo fumando un porro, tras las toses,
tirado en la cama, me sentí en la gloria.
Mi piso era de esos que, en invierno,
tienen la calefacción centralizada.
Tenía mucho frío sin la sábana,
y con ella, más calor que en el infierno.
Así que me tapé y saqué un pie fuera.
Todo estaba oscuro y, de repente,
notó mi pie como un peluche con fuerza
que hacía tope y me rayé completamente.
Encendí el móvil lo más rápido que pude
y alumbré la habitación con la linterna.
Por supuesto no había nada, no lo dudes.
La puerta estaba cerrada sin problema.
Apagué la luz y me logré dormir.
Cuando desperté, mi compañero ya había vuelto.
Me despejé un poco y de la habitación salí.
Llegó entonces mi verdadero desconcierto.
Por lo visto me dejé el bidé encendido
con el tapón puesto y se desbordó.
Me quedé perplejo cuando me enseñó el vídeo.
Le dije "lo siento mucho" y él me perdonó.
Pero yo no uso el bidé...

miércoles, 12 de enero de 2022

Un viaje a la locura (Capítulo 2: Reiki)

 


Al verme tan solo y tan hundido,
recordé los apuntes que me pasó
gratuitamente aquel amigo.
Usarlos sabiamente me pidió.
Conocimiento en forma de símbolos,
Reiki concretamente.
Cómo dibujarlos inequívocos
para que funcionen apropiadamente.
Total que allí estaba yo,
confiando mi suerte a una tontería
que, con un simple punzón,
dibujé en la estantería.
Hice primero, lo que me pareció
un polo positivo,
y al final, uno negativo
para completar el circuito.
En el medio puse un par
de signos de amor y amistad,
más uno para sanar
mi alma de todo mal.
Al terminar, salí de casa,
un poco por tomar aire.
Estaba cerca y me gustaba,
así que fui directo al parque.
Me encontré allí al que fue,
en Salamanca, mi mejor amigo.
Nunca más estuve solo y él
era feliz conmigo.
Al poco, una gatita negra
se encaprichó de mi.
Y aunque no me corrí con ella,
yo también era feliz.
Más amigos vinieron
después de aquello y se quedaron.
También fui un poquito menos
gilipollas sin motivo claro.
"Tal vez haya funcionado"
se pasó por mi cabeza.
Tal vez fue la simple suerte.
¿Quién lo sabe con certeza?

sábado, 1 de enero de 2022

Un viaje a la locura (Capítulo 1: El principio del fin)

 


Como toda buena historia,
esta empieza por el principio.
Y es lo que os voy a contar.
Cómo caminé por el filo
de un profundísimo abismo
y estuve a punto de saltar.
Era el cumpleaños de un colega
y estábamos en mi piso en Salamanca.
Bebíamos contentos la cerveza
y fumábamos de aquella dulce planta.
Muy alegres pasábamos el rato
hasta que yo me empané sobremanera,
sentado en mi sofá y obnubilado,
mirando fijamente una botella.
Nubló entonces mi sien involuntariamente
una alucinación ocasionada
por la droga y el alcohol probablemente,
primera importante de una lista bastante larga.
Caí de repente en el infierno.
Un millón de veces me morí.
Pensé "Señor, no quiero estar aquí",
y una cálida luz inició mi ascenso.
Susurró que aquel lugar no es para el hombre.
Me transportó a una habitación oscura.
Había allí un ser de luz sin nombre
que abrió una puerta luminosa en la penumbra.
La atravesé y aparecí en el paraíso.
Me preguntó "¿Y aquí, quieres estar?"
No le dije que sí por muy poquito,
porque entonces vino a mi mente un flash.
Aún me quedaban cosas por hacer.
Tres misiones que tenía yo en la vida:
Ayudar a mi madre, a mi hermana proteger
y darle a papá una lección que no olvidaría.
Así que le dije a ese ser que no podía quedarme,
y rápidamente me devolvió al mundo.
Volví en mí, confuso y distante.
Complejo porque no sonaba absurdo.
Un amigo sugirió prestarme atención,
y sin saber yo qué decir, la cagué mucho.
Borracho y aturdido por el colocón,
tras una alucinación que a mi alma dio un susto.
Y por más que me pese, no me merecen
los que aquel shock no entendieron,
y como sólo decía gilipolleces,
se enfadaron y se fueron.
Aquella experiencia lo cambió todo.
Mutaron las reglas del juego.
Me quedé completamente solo,
y como me lo gané en parte, partí el tablero.
Necesité un día para recuperarme después,
pero para entonces ya los había perdido.
Y como no era la primera decepción, no les culpé.
Me la sudó. Ahora sabía por qué estaba vivo.

Mariposas descuartizadas


Algunas noches me sorprende
devorándome la nada,
y si no puedo dormir,
cuento mariposas descuartizadas.
Empezando por el rollo
del que pasé por mi primera novia,
y siguiendo por esa buena amiga
con la que me hizo discutir, que ahora me odia.
Hubo 3 más antes de eso:
La niña a la que di mi primer beso
(cómo se pusieron),
una muchacha que resultó ser lesbiana
y su amiga, que sólo me besó borracha.
Agua pasada...
Recuerdo dedicarle un poema
a una mujer de mala reputación.
Lo hice con toda mi alma
y mi comprensión, y ella lloró.
Mi viaje a Jamaica no lo cuento
porque soy un caballero,
pero la llevo en el corazón
aunque ya no nos hablemos.
La más chula de Italia me trajo buenas vibras,
y yo correspondí con decepciones.
Después me enamoré platónicamente,
pero no se vive de ilusiones.
Me pillaron muy inmaduro todavía
las historias de aquella genial chica con novio,
y esa otra no tan buena que también lo tenía,
maltratada que acabó en mi dormitorio.
Y esas tantas mozas a por las que fueron otros,
o esas otras a las que no conocí por muy poco.
Estuve con una muchacha
a la que no me pude beneficiar,
tenía unos preciosos ojos azules
que sus hijos no heredarán.
Quise saltar a la cama
con aquel chico que se folló a mi hermana
y luego se apiadó de mí.
Querido amigo, nunca te merecí.
Le propuse algo bonito
a un colega de siempre,
pero me hizo ver que él
no quería hacerlo realmente.
En un túnel conocí a un hombre
al que parecía gustarle, y él a mí.
Pero como ninguno de los dos hizo nada,
tal como llegué me fui.
Me pidió tema una diosa
y rechacé sus latidos,
completamente borracho
de amor no correspondido.
Con dos no puedo, me acojona.
Tanto que les propuse
a un par de princesas "domar dragones".
Y si la mente no me traiciona,
les robo también sus corazones.
Le tiré ficha al colega que se suicidó,
y la verdad es que me porté como un cínico.
Salí del armario en pleno brote psicótico,
y hasta el día de hoy, pocos lo han entendido.
Putos porros, ¿eh?
Me acuerdo del tipo al que molesté.
Recuerdo bastantes cosas más
que prefiero no poner.
Pues ahora dicen las malas lenguas,
como la mía, que soy bisexual.
Pero en verdad amo a la mujer
y temo al hombre por igual.
Y si un día por amor he de sufrir,
que así sea.
Lo cierto es que soy como cualquiera
que defienda su bandera.
Cuánta gente se fue
porque yo era imbécil,
mientras que otros no me merecieron nunca,
así que los perdí.
Ahora sé a quién dar las gracias
realmente por existir,
y cuento con los dedos de una mano
a los que siguen ahí.
Debería haberme suicidado hace tiempo,
pero hay muertes que me acojonan mucho.
Soy adicto a este real sentimiento.
Le quiero como a un hermano, pero ya no le escucho.