No me interesa realmente
salvar mi cuerpo o mi mente.
Aún no he perdido mi alma.
No gastes saliva conmigo,
que soy muy feliz como vivo.
Ya pagaré lo que haga falta.
Aconséjame sin lecciones,
mejor desde la experiencia.
No me eduques por tus galones.
Deja brotar mi conciencia.
Que ya me caeré si debo
todas las veces que hagan falta,
y volveré a levantarme de nuevo,
aún cuando lo nuevo sea nada
y tú ya no lo veas...
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