Velociraptors que lo visitaron

domingo, 31 de marzo de 2019

Ego



Hoy me siento en silencio conmigo mismo, sin hacer nada.
Mi sola presencia basta.
Fuera, la hierba crece sola.
Los pájaros entonan hermosas melodías.
El cielo está en calma y el Sol brilla radiante.
Y una de esas sonrisas incondicionales se apodera de mi cuerpo y mi alma.
Hoy me dedico a respirar y la vida es gozo.
Hoy no hay nadie más aquí, a nadie echo en falta.
Sólo yo en mi majestuosidad.
¿Mañana? Mañana será quizás...

domingo, 24 de marzo de 2019

Melodía errada



En la mañana tengo ante mí a la montaña, vestida de sí misma.
Me quiere disfrazado de piel, desea que la recorra.
Por la tarde cojo perspectiva.
Veo el valle empapado a la altura del pantano.
Por la noche, el cielo entero se viste de lentejuelas para mí, a veces a la sombra de la luna, mientras compone una seductora danza espectral.
Y yo traigo mi canto, para las mujeres y los hombres libres, y me siento infinitamente agradecido por todo, por cada pequeño instante, de esos que forman la vida.
Hoy te siento como un milagro
obsceno, pulcro y encarnado.
Hoy no podría sentirme más pleno.
Hoy tu gracia es mía,
porque sin ti, yo no sería.
Que la corona que el cosmos me ha dado,
él mismo me la puede quitar.
Pero no temáis, pies míos, pues sé volar.
Ante la corriente que arrastra, a veces hay que dejarse llevar.
Lavaré mi culpa en un charco, para que esté reluciente cuando nos pintemos de sexo.
Si la vergüenza doblega mi voluntad, será consumida por fuego.
Sin penas que maten el amor, la verdad es libre.
Que no te conozco a ti más que a mi ego hipersensible.
Que estar vivo mola, pero vivir mola más.
Y, si llega la muerte a verme, vivo me encontrará.
No sé dónde acaba el horizonte, o dónde empieza el suelo.
Pero, si de día existo, por la noche no sueño.
Ya veo el océano más basto, hay miles de millones de criaturas nadando en sus aguas.
Todo ha sido dicho ya, todo ha sido vivido y sólo importa lo que nos importa.
Nada está mal y nadie será juzgado, pero cuidaos, hermanos, de los malos actos, aquellos que conocéis los buenos.
No os atreváis a pisar voluntariamente el infierno sin dar las gracias.
Que la jaula del Diablo tiene puerta porque es obra del hombre.
Y un cirio vivo señala el lugar donde Dios se esconde.

domingo, 17 de marzo de 2019

A ti



Yo, que conozco la insuperable belleza de lo sin forma,
el delicioso sabor de lo sin sabor,
el agradable aroma de lo que no se puede oler,
la suavidad y firmeza de lo intangible,
la música que nadie oye, que ni el silencio canta,
te agradezco de corazón mis ojos,
y mi lengua,
y mi nariz,
y mis manos,
y mis oídos,
y todos mis sentidos sin excepción,
y cada átomo que me forma, que es un milagro en sí mismo.
Y siempre estuve desnudo ante ti,
y siempre permanecí sin más posesiones que yo mismo.
Y nunca fui juzgado ante tu presencia.
Y te hice locamente el amor a ti,
que me acaricias con manos de hierba,
que me haces cosquillas con tus insectos juguetones,
que me besas con tu aliento de vida que trae consigo el viento,
que entras en mi con tu aire y me forjas de tu alimento,
que me arañas ferozmente con las espinas de tu piel de rosas,
que me soportas con la firmeza de la roca,
que me miras con tus ojos de estrella.
Tú que eres luz y oscuridad,
y me creaste a mi del bien y del mal,
y me hiciste portador de tu fuego, que quema tanto como ilumina,
y me diste a beber del agua del Santo Cáliz,
y me enseñaste las fuentes del maná escondido.
Que eres tan grande como yo mismo y bailas con tus hijos, que son tu carne.
Que traes el cielo y el infierno al aquí y ahora,
que eres maravilloso momento que viene a mí a través de la eternidad.
Y quien no ve milagro en toda vida, sólo está ciego.
Y quien no ve amor en toda existencia, sólo está sordo.
Y ¿quién lo estuvo más que yo?
Veo en tu seno el abrazo del padre y de la madre,
tanto al hijo que te ama como al que te odia.
Y no hay nada más allá de ti,
y te veo en el hombre más pequeño, así como en el más grande.
Y son tuyos los ángeles, mis hermanos, así como los demonios del Hades.
Jamás podré perderte, e incluso cuando me pierdo yo, vuelves a reclamarme.
Para ti, que eres inalcanzable, pero te entregas y derramas en cada ser, es todo lo que yo soy.
Y a ti, querid@ lector/a, te propongo un trato:
Te pido que no hablemos más de amor.
A cambio, si quieres, podemos amarnos.

domingo, 10 de marzo de 2019

El sentir del ser



Todos entristecimos alguna vez. Y nos sumergimos en esa tristeza y no hallamos fondo. Porque no hay nada más profundo que la tristeza. Y no hay hombre más profundo que el hombre triste.
Todos nos enfadamos alguna vez. Y en un momento, la ira toma el control. Porque no hay nada más inmediato que el enfado. Y no hay hombre más inmediato que el hombre enfadado.
Todos nos alegramos alguna vez. Y reímos a carcajadas, y la alegría se contagia alrededor. Porque no hay nada más extenso que la alegría. Y no hay hombre más extenso que el hombre alegre.
Todos nos hemos dejado llevar alguna vez por el placer. Todos lo buscamos incansablemente. Porque no hay nada más agradable que el placer. Y no hay hombre más agradable que el hombre placido.
Todos nos hemos quemado alguna vez. Todos decidimos no volver a sentir ese dolor, si puede ser, nunca. Porque no hay nada más intenso que el dolor. Y no hay hombre más intenso que el hombre dolorido.

Por mi experiencia te diré, querido lector, que existe un tipo de amor más profundo que la tristeza, más extenso que la alegría, más inmediato que el enfado, más intenso que cualquier dolor y más agradable aún que cualquier placer. El amor a la vida.
Y quien ama no se apega, porque el apego apresa y el amor libera, y ¿quién nos dice que la muerte no sea también maravillosa?

lunes, 4 de marzo de 2019

Deja que arraigue




Deja que arraigue en tu alma el amor, y que la brisa arranque de ti tus miedos con suaves caricias.
Aprende a tropezar, porque de la caída nace el instinto de levantarse de nuevo.
Deja que la lluvia lave la amargura de tus mejillas.
Libera al mundo de ti, pero no de tus brazos. ¡Eso nunca!
Pisa firme la tierra y deja que enloquezca de gozo cuando desnudes tus pies sobre ella.
Congela los infiernos con la gracia y la alegría y afila bien tu sonrisa para matar sufrimientos.
Tú, seas quien seas, has de saber que no podrás hacer nada para que deje de amarte.
Porque la verdad, el tiempo no la borra ni la marchita, sino que la llena de juventud y belleza.
El duro trabajo de las estrellas nos tuvo por resultado, y yo arderé hasta consumirme y brillaré también para devolver mi parte.
Del Todo somos, menos que una partícula de un átomo de un grano de arena del desierto y, aún así, el cosmos entero nos lleva por vestiduras.
Y todo es magia, y el bailarín se vuelve consciente del baile, y ambos son uno.
Y yo viviré sin miedo a la vida, y no guardaré pesado silencio, pues para eso está la muerte.
Pero si el bosque calla, yo callo con él, y le escucho, y sólo somos dos, y yo desaparezco y, antes de darme cuenta, soy parte de él también, y él ya no está completo sin mi.
Todo es tan hermoso que el corazón y el alma danzan en armonía con las hojas secas, y los árboles comienzan su concierto de viento, y los pájaros hacen los coros.
¡Oh, gran Todo! Qué gran dicha siento porque me hayas permitido formar parte de ti.
Tanto júbilo resulta escalofriante y siento vértigo.
Tú portas el fuego que refina mi ser, y me llenas de luz y calor.
No hay ser humano al que pueda penetrar tan profundamente como lo he hecho en ti, y tú en mi.
¡Pero qué grande que tienes la esencia!
Quiero compartirte con cada ser, porque si has de ser mío sólo, no te quiero.
Te entregaré al aire, y al agua, y a la tierra, y te tomaré de nuevo con un suspiro vital hasta que mi eternidad llegue a su fin y dé comienzo otro ciclo.
Y toda vida, la bautizaré como un milagro, y no saldré del reino de tu amor, más que como un rayo de luz.