Hoy me siento en silencio conmigo mismo, sin hacer nada.
Mi sola presencia basta.
Fuera, la hierba crece sola.
Los pájaros entonan hermosas melodías.
El cielo está en calma y el Sol brilla radiante.
Y una de esas sonrisas incondicionales se apodera de mi cuerpo y mi alma.
Hoy me dedico a respirar y la vida es gozo.
Hoy no hay nadie más aquí, a nadie echo en falta.
Sólo yo en mi majestuosidad.
¿Mañana? Mañana será quizás...
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