Velociraptors que lo visitaron

sábado, 1 de enero de 2022

Un viaje a la locura (Capítulo 1: El principio del fin)

 


Como toda buena historia,
esta empieza por el principio.
Y es lo que os voy a contar.
Cómo caminé por el filo
de un profundísimo abismo
y estuve a punto de saltar.
Era el cumpleaños de un colega
y estábamos en mi piso en Salamanca.
Bebíamos contentos la cerveza
y fumábamos de aquella dulce planta.
Muy alegres pasábamos el rato
hasta que yo me empané sobremanera,
sentado en mi sofá y obnubilado,
mirando fijamente una botella.
Nubló entonces mi sien involuntariamente
una alucinación ocasionada
por la droga y el alcohol probablemente,
primera importante de una lista bastante larga.
Caí de repente en el infierno.
Un millón de veces me morí.
Pensé "Señor, no quiero estar aquí",
y una cálida luz inició mi ascenso.
Susurró que aquel lugar no es para el hombre.
Me transportó a una habitación oscura.
Había allí un ser de luz sin nombre
que abrió una puerta luminosa en la penumbra.
La atravesé y aparecí en el paraíso.
Me preguntó "¿Y aquí, quieres estar?"
No le dije que sí por muy poquito,
porque entonces vino a mi mente un flash.
Aún me quedaban cosas por hacer.
Tres misiones que tenía yo en la vida:
Ayudar a mi madre, a mi hermana proteger
y darle a papá una lección que no olvidaría.
Así que le dije a ese ser que no podía quedarme,
y rápidamente me devolvió al mundo.
Volví en mí, confuso y distante.
Complejo porque no sonaba absurdo.
Un amigo sugirió prestarme atención,
y sin saber yo qué decir, la cagué mucho.
Borracho y aturdido por el colocón,
tras una alucinación que a mi alma dio un susto.
Y por más que me pese, no me merecen
los que aquel shock no entendieron,
y como sólo decía gilipolleces,
se enfadaron y se fueron.
Aquella experiencia lo cambió todo.
Mutaron las reglas del juego.
Me quedé completamente solo,
y como me lo gané en parte, partí el tablero.
Necesité un día para recuperarme después,
pero para entonces ya los había perdido.
Y como no era la primera decepción, no les culpé.
Me la sudó. Ahora sabía por qué estaba vivo.

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