Velociraptors que lo visitaron

viernes, 7 de julio de 2023

Un trozo de cielo


Entre los barrotes de mi celda gris,
desde una ventana enrejada,
alcanzo a ver un trocito de cielo.
Noche tras noche, los luceros sobre mí
saltan, hermosos y distantes, la madrugada.
Y yo con los pies en el suelo.
Implacable, impasible y sin vergüenza
se agarra mi cuerpo a la gravedad,
fuerza de nombre bien elegido.
Ilumina la Luna mis cadenas.
Se disfraza la tiniebla de libertad
en un vestuario desapercibido.
Tras una noche desvelado,
alborece en mi trocito de firmamento,
y todas las estrellas se esconden tras de una sola.
Su brillo no se ha apagado.
Tampoco se escuchan lamentos,
pero el Sol es más cercano y las asola.
Con él veo mi prisión en alta definición.
Los tonos claros no tienen profundidad.
Ojalá tuviera la llave.
La soledad por resolución,
y por vocación, la tempestad.
Porque me quiere, no me abre.
La confianza vigila los pasillos.
Recuerdos se hacen de hormigón.
Ahí fuera todos creen que estoy muerto.
Cae la noche y otro cigarrillo
de malsana crítica introspección
y sólo mis ojos siguen abiertos.
Tengo que salir de aquí.
Pero con ver ese trozo de cielo,
aunque yo mismo no me lo creo,
de verdad soy feliz...

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